Retroanálisis Colin McRae Rally (Playstation)

MITO DEL ASFALTO

El Subaru Imprezza de Colin, es el mejor coche del disco.

Los amantes de la velocidad huérfanos de emociones y hartos de títulos mediocres, recibimos una de la mayores alegrías, en forma de “joya interactiva”, con la incursión en el catálogo de la mítica 32bit de Sony: Playstation (PSX), como posteriormente en el de PC, de Colin McRae Rally. 

Hasta entonces, el género de los rallys carecía de representantes de calidad, y en contadas ocasiones, éstos representaban con mínima fidelidad esta vertiente automovilística. Por ello, Codemasters se dispuso a acabar con el pobre panorama de antaño, y abanderados por el extraordinario piloto, campeón del mundo en 1995; Colin McRae -lamentablemente desaparecido, a raíz de un accidente de helicóptero en 2007- desarrollaron uno de los mejores títulos de conducción de todos los tiempos. Y es que, con la premisa de trasladar con extrema fidelidad la atmósfera y la tensión del campeonato mundial de rallys (World Rally Championship), la compañía inglesa mimó cada apartado del título, hasta límites que abarcan lo exquisito.

Para empezar, la metodología de la competición está reflejada a la perfección. La posibilidad de disputar la totalidad de pruebas del calendario, estipulado por la FIA para la temporada del 98, recorriendo parajes alrededor del globo y luchando contra el crono en solitario, durante el desarrollo de sus correspondientes etapas, es harto atractiva y desafiante. Eso sí, para poder formar parte de las distintas categorías; 2L y World Rally Car, deberemos acudir previamente, a la escuela de conducción y obtener así, el carnet correspondiente. Cierto es que, las posibilidades se completan con sendos modos de práctica y versus, éste último a pantalla partida o por turnos. Pero, su valor se torna anecdótico, frente al apasionante modo principal.

Tendremos que habituarnos a cada circunstancia, si queremos hacer un buen papel...

Ahondando en la jugabilidad, la climatología y la física del terreno son los factores más destacables. Su papel resulta decisivo y fundamental para la consecución del triunfo en cada prueba, puesto que, según el tipo de superficie y el estado de la misma, veremos modificadas tanto nuestra conducción como la eficacia de nuestro coche. Obligándonos a estudiar las condiciones de pista y clima, para adaptar así, nuestra máquina y conducción a cada circunstancia. Además, gracias a un motor de colisiones realista y altamente sorprendente, veremos el efecto de cualquier choque o salida de pista sobre el comportamiento de nuestro automóvil,  tornándose un factor determinante y crucial. Lo dicho, simulación pura y dura.

Un acierto en la elección de neumáticos y  en la configuración, nos facilitará la vida.

Para redondear el disco, los chicos de Codemasters dotaron a Colin McRae Rally de un entorno gráfico de impresión, exprimiendo las capacidades de la consola y mostrando un modelado fiel y muy cuidado, especialmente el de las diferentes máquinas disponibles. Modelado que mostrará cualquier golpe en sus carrocerías, llegando a desprenderse de partes de ella, debido a los continuos incidentes o salidas de pista -cosa bastante habitual, sobretodo en los inicios- Asimismo, los efectos de luz no le andan a la zaga. Especialmente, el logrado reflejo del sol sobre chasis y cristales.

La cámara interior es la más espectacular e inmersiva, pero también, eleva la dificultad...

El apartado sonoro del juego; rugidos de motores y demás efectos, cumplen a la perfección su cometido. El doblaje al castellano, además, resulta toda una delicia y eleva la experiencia a cotas elevadísimas. Y es que, la sensación de recorrer cada tramo con las indicaciones de nuestro copiloto, en perfecto castellano, resulta un detalle impagable. Su música, en cambio, supone una anécdota para el título, su poca presencia en él, así lo atestigua. A decir verdad, se me antoja un acierto por parte del estudio inglés; la sobriedad en éste aspecto, dota al juego de un aire realista e inmersivo.

En definitiva, Colin McRae Rally es un título atemporal, su simulación te envuelve y resulta toda una delicia y, con el paso de los años, se reafirma como ejemplo de un trabajo bien hecho. Trabajo que marcó un precedente de calidad y sentó las bases para futuras creaciones del género. Un título casi perfecto que, aún hoy, luce con todo su esplendor…

PUNTUACIÓN