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lunes, 14 de mayo de 2012

Retroanálisis Streets Of Rage (Megadrive)


CIUDAD SIN LEY

La mítica portada de las versiones occidentales.
Inseguridad, miedo, violencia… La ciudad se ha convertido en un paraíso para delincuentes y demás personajes, de la peor calaña. Las fuerzas del orden restan abatidas y su ineficacia ante tal situación, alienta a los confidentes del crimen a proseguir con su infame plan. Mr X, líder de la organización criminal responsable del caos instaurado, promete sembrar el terror indefinidamente. Su poder es cada vez más acusado, su sombra acontece en cualquier esquina y gracias a su total influencia, logra aplacar cualquier atisbo de rebeldía. Pero todo reinado, al igual que el día, tiende a llegar al ocaso…

Citado argumento, supuso la base para que SEGA creara uno de los mejores Beat’em Up, de la historia: Streets Of Rage (Bare Knuckle, en Japón). El título, originalmente concebido para recreativas, surgió en el catálogo de la grandiosa Megadrive, en el año 1991. Y tras su abrumador éxito, para el resto de consolas de la compañía. 

Su mecánica es de lo más sencilla. Siguiendo las bases de los clásicos “yo contra el pueblo”, recorreremos las diferentes zonas -encarnando a cualquiera de los tres personajes seleccionables: Axel, Addam o Blaze- “repartiendo cariño” alrededor, ya sea en solitario o en compañía…


La pantalla de inicio lo dice todo. Me huele a bronca...

Para acometer con éxito la tarea, los chicos de SEGA nos proporcionarán recursos de diferente índole: bates de béisbol, tuberías de plomo, cuchillos… e incluso, nuestros mismísimos puños. No obstante, la última opción se torna la más recomendable y divertida. Bien es verdad que, además de los citados recursos, se nos brindará una suerte de “botón de ayuda” que podremos utilizar cuando las cosas pinten feas. Gracias a él, recibiremos apoyo de fuego que eliminará a cualquier enemigo, presente en pantalla. Además, el típico sistema de power’ups regenerará nuestra barra de vida, en más de una ocasión.


Los 3 ex-policías tienen un manejo muy similar. Aunque, difieren en determinadas técnicas...

Respecto al apartado gráfico, he de decir que raya a un nivel realmente bueno. Nos encontramos con unos personajes de proporciones considerables y animación notable. Asimismo, los jefes finales se “llevan la palma” en este aspecto. En cambio, los enemigos “comunes” presentan una diversidad pobre, repitiéndose en demasía, durante la totalidad de la aventura.


Los enemigos son duros... ¡Habrá que ablandarlos!

Por otra parte, los escenarios son grandes y representan las zonas más diversas; Chinatown, el metro, la zona industrial, el puerto… Todos ellos, representados con gran acierto y haciendo uso de varios planos de profundidad. Además, la paleta de colores empleada para ello, supone un gran acierto y logra imprimir a la aventura una atmósfera perfecta.

La música, compuesta por Yuzo Koshiro, es otro aspecto excelente del título. Seguramente, todos recordaréis alguna de las tonadillas pegadizas que presenta. Los demás efectos, en cambio, adolecen de cierta mediocridad y suponen el apartado más discutible del cartucho. No obstante, el aspecto general acompaña perfectamente a su desarrollo.


Los "Final Bosses" son de lo más pintoresco... ¿No os recuerda a un héroe de Marvel?

En definitiva, Streets Of Rage es un juego muy sólido y de calidad superlativa. Aún hoy, luce perfectamente y supone una experiencia entretenida, cómo pocas. Los chicos de SEGA programaron un referente en el género, cuidando la totalidad de sus aspectos. Género que posteriormente, recibió otros representantes que bebían de sus bondades.

¡Si tenéis oportunidad de revivirlo, no lo dudéis ni un instante!

PUNTUACIÓN



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